Yo formo Parte de un Paraguay Mejor

martes, 13 de julio de 2010

Qué saben de dictadura los jóvenes

¿Qué saben de dictadura los jóvenes?

    Los países que sufrieron una época de dictadura tienen como consigna la expresión “Nunca más”. Nunca más volver a esos tiempos de barbarie, de impunes violaciones de los derechos humanos: con detenciones arbitrarias, torturas y muertes de los compatriotas.

    En cuanto a nuestro país, una gran mayoría de la nueva generación no llegó a conocer los horrores de la dictadura. Tal vez por eso justifica la dictadura en algunas circunstancias. Según una  encuesta del Ministerio de Educación, un gran porcentaje de los jóvenes dicen que la dictadura es buena si trae orden y seguridad. También si aporta beneficios económicos.

    Es comprensible el deseo de la juventud de tener un país con seguridad y no esta sociedad dominada por la violencia y la delincuencia. También un bienestar económico accesible a todos los habitantes. Pero la experiencia de dictadura que hemos tenido habla de todo lo contrario.

    En cuanto a la seguridad, “en nombre de la supuesta seguridad nacional se ha consagrado la inseguridad de las personas” (Puebla Nº 314). El orden reinante era la “unidad granítica” impuesta desde arriba; la “orden superior” era la ley suprema, dentro de un estado de sitio permanente, con vigencia de leyes liberticidas, como la Ley 209, sin funcionamiento de la justicia ni el respeto a las garantías constitucionales.

    En cuando al bienestar económico, era privilegio de los beneficiarios de Itaipú, los contrabandistas, los evasores de impuestos, los usureros de los bancos y financieras, los narcotraficantes, y otros, dentro del sistema generalizado de corrupción.

    La experiencia de dictadura que hemos tenido se encuentra documentada en los Archivos del Terror, el Museo de las Memorias, el Informe de la Comisión de Verdad y Justicia y en los testimonios vivos de los sobrevivientes de aquella época oscura y violenta.

    Es hora de dar a conocer la verdadera historia de esos 35 años de dictadura, mediante la educación cívica y en los derechos humanos. Así como es un desafío lograr que la democracia sea apetecible por sus frutos, que deben concretarse en una vida digna para todos los habitantes de la República.

También en Yacyreta

Exhortan a Lugo que deje de seguir entregando la soberanía también en Yacyretá

El Gabinete de Energía en la Sombra (GES) emitió recientemente un sendo comunicado a la opinión pública donde manifiesta su preocupación  por la vergonzosa entrega de la soberanía en Yacyretá por parte del Presidente Lugo. Su gobierno debe “detener su colaboración incondicionada con el Gobierno de la República Argentina”, expresa el documento. Además el GES define su apoyo a la Ley que condiciona la elevación del embalse de la represa hidroeléctrica a la culminación de las obras de infraestructura y a la solución definitiva de los problemas sociales y ambientales.

…………………………………………..

Apoyo a los encarnacenos. El Gabinete de Energía en la Sombra (GES) considera muy importante la iniciativa de diputados nacionales plasmados en el Proyecto de Ley “Que establece las acciones necesarias que se deberán realizar antes de la elevación de la cota 81.50 m.s.n.m de la represa hidroeléctrica Yacyretá en la margen derecha del rio Paraná”. El proyecto de Ley, que ya fue aprobado por unanimidad por la Cámara de Diputados, una vez promulgada obligará a Yacyretá a culminar todas las obras de infraestructuras y la solución de los problemas sociales y ambientales de la zona antes de la elevación del embalse. “Apoyamos la aprobación de dicho proyecto de Ley” dice el GES.

Lugo debe detener su colaboración. “Es urgente destacar al Gobierno nacional la necesidad de detener su colaboración incondicionada con el Gobierno de la República Argentina  en la terminación de las obras de Yacyretá y su prioridad respecto de derechos fundamentales del Paraguay en la ejecución del Tratado de Yacyretá que son relegados y hasta desechados sin justificación jurídica ni técnica. Tales derechos deben ser urgentemente restaurados y urge abrir los ojos de la ciudadanía paraguaya en relación a los tópicos distorsionados por la injusta preeminencia de la política argentina”, sigue diciendo el documento del GES..

Situación clara. “A fin de brindar a nuestros conciudadanos una visión clara de nuestra situación, transcribimos seguidamente el último párrafo del Anexo C del Tratado de Yacyretá que bajo el título de REVISION dice:  “Las disposiciones del presente Anexo serán revisadas a los 40 años a partir de la entrada en vigor del Tratado, teniendo en cuenta, entre otros conceptos, el grado de amortización de las deudas contraídas por Yacyretá para la construcción del aprovechamiento y la relación entre las potencias contratadas por las entidades de ambos países”, sigue diciendo el GES.

Poder de la Argentina. Sigue diciendo del GES: “La ciudadanía conoce gracias a la prensa que el tópico de la deuda de Yacyretá es y será un factor condicionante de la subsistencia del poder de la República Argentina en la distribución de la energía producida, al extremo de que mientras la Argentina se beneficia en su utilización exorbitante, y el manejo del dinero que resulta de las ventas en su mercado de mayor tamaño, el Paraguay se perjudica por la mendicante dependencia financiera de sus autoridades encargadas de su política exterior,  y  la impotencia concomitante para financiar las estructuras indispensables para su distribución dentro y fuera del país en los mercados que le permitan utilizar su parte en la energía que le corresponde por el principio fundamental del Tratado: la  igualdad entre ambas partes contratantes y la consiguiente división de la energía producida en  partes iguales”.

Tremendas dudas. “La cláusula de revisión transcripta más arriba arranca tremendas dudas respecto a su interpretación. Si la deuda que corresponde a Paraguay debe equivaler a las potencias contratadas  o pretenderá la Argentina dividir las deudas en partes iguales cuando la utilización ha sido desigual en grado sumo. Adicionalmente el Paraguay debe dudar del grado de amortización de las deudas contraídas por Yacyretá si la Argentina consigna sumas extraordinarias imposibles de pagar, y si continuare tal situación al término de los cuarenta años previstos en la cláusula no se utilizará tal circunstancia para retener la administración de los fondos comunes, y para prolongar indefinidamente su posición preeminente y abusiva. Hasta aquí nuestro primer pronunciamiento, con que se quiere ayudar a despertar a nuestros compatriotas ante la realidad de los hechos” culmina el documento del GES.

Integran el Gabinete de Energía en la Sombra (GES); el Ing. Ramón Montanía y los Abogados Gustavo Dé Gasperi y Guillermo Trovato.

Enorme desilución.El presidente Lugo durante su campaña electoral prometió “defender la soberanía en Itaipú y Yacyretá”. Sin embargo estando en el poder, lejos de cumplir su promesa al pueblo, se dedico a “congraciarse” con los gobiernos brasileros y argentinos. Según publicaciones periodísticas, el actual director paraguayo en Itaipú, Gustavo Codas es el “brazo político” del presidente Lula en la binacional y en Yacyretá los argentinos impusieron a Lugo la salida del Ing. Ricardo Canese de la mesa de negociación porque este condicionó el arreglo de la abultada deuda del “monumento a la corrupción” a la revisión por parte de la Contraloría paraguaya, posición que no fue del agrado de los argentinos. Lugo es acusado también por exponentes  del sector de haber dejado en forma irresponsable el manejo de las estratégicas empresas eléctricas del país (ANDE, Itaipú y Yacyretá) en manos de gente inexpertas. El sector eléctrico paraguayo, a pesar de la abundante cantidad de energía que dispone esta atravesando por una de sus peores crisis,  situación que se ha acentuado durante el gobierno actual.

Amar primero nuestro País y luego la Selección Nacional

 Debemos conocer primero nuestra historia Patria, para poder aprender a Amar primero nuestro país y luego la Selección Nacional.

Apenas iniciada su historia independiente, el Paraguay busco símbolos y emblemas que fortalecieran la identidad nacional, que lo diferenciaran claramente del resto de los estados de la región y en general que consolidaran la unidad del Paraguay.
La bandera, los escudos, el Himno Nacional, los cantos nacionalistas y las danzas y costumbres tradicionales cumplieron este propósito.

La bandera
Las invasiones inglesas en el Rio de la Plata en 1805 y 1806 motivaron la organización y movilización de contingentes militares para la defensa de los territorios de posesión española en la región.
La Gobernación del  Paraguay envió un batallón de soldados entre los cuales se contaban mucho de los que después serian los protagonistas de la independencia de nuestro parís que portaban distintivos tricolores (rojo, blanco y azul) para diferenciarlos del resto de las fuerzas de la colonia.

El Paraguay empezó a usar normalmente el pabellón tricolor dividido en tres franjas horizontales iguales, con el rojo arriba, blanco en el medio y el azul en la parte inferior, desde el 15 de agosto de 1812 cuando fue enarbolado al comenzar la misa mayor, con el saludo de una salva de artillería. Sin embargo, recién durante el Segundo Consulado, de Mariano Roque Alonso y Carlos Antonio López, el 25 de noviembre de 1842, el Congreso Extraordinario adopto solemnemente el diseño descrito como bandera nacional.

Los escudos
El mismo congreso que aprobó la bandera tricolor como emblema  patrio adopto también los dos escudos que figuran en el medio de la franja blanca. De un lado, una palma y una oliva enlazadas en la parte de abajo y abiertas en la superficie resaltando en el medio una estrella, como la inscripción “Republica del Paraguay”. En el lado opuesto, un león y gorro frigio símbolo de la libertad sostenido en lo alto con la leyenda “Paz y Justicia”

El sistema capitalista

Capitalismo antiecológico, ecologismo anticapitalista

La sociedad humana está prácticamente dividida en dos, ricos y pobres. El sistema capitalista es el que la ha partido y no exactamente al medio. Mas bien unos pocos de un lado y muchísimos del otro. Entre unos y otros, estamos Los grises.

El aumento infinito de la plusvalía, la diferencia entre la riqueza producida por el trabajo del obrero, el campesino, el empleado, y el salario que éste recibe del patrono, ha venido durante décadas profundizando más y más las diferencias.

Los dueños del capital, de las grandes empresas, aumentan sus ganancias a costa del hambre de los trabajadores y del deterioro del medio ambiente.

Los Estados, cuyo principal objetivo debería ser satisfacer las necesidades de todo el pueblo, han sido cooptados por esos mismos dueños del dinero y, en lugar de tomar las medidas necesarias para favorecer una mejor distribución de la riqueza, en lugar de defender con uñas y dientes los recursos naturales, se han vuelto cómplices del despojo, de la desigualdad.

Multinacionales, estados cómplices y medios de comunicación comprados y dirigidos por esas mismas grandes empresas, son las tres patas sobre las que se apoya un sistema expoliador. Un sistema muy poco “humano”, perverso, ambientalmente insustentable y socialmente injusto, que Los grises podríamos luchar por cambiar.

Pero los grises también estamos divididos. Están los que “compran” el estilo de vida de los ricos y sueñan con algún día pertenecer a ese selecto grupo, para lo cual se transforman conciente o inconscientemente en funcionales al sistema, y estamos los que somos concientes de que si aumentara la cantidad de personas con un altísimo e innecesario nivel de consumo, lo único que lograríamos es acelerar la destrucción del planeta.

El capitalismo no es ambientalmente sostenible, ni siquiera siendo un pequeño porcentaje de la población mundial el que disfruta de sus beneficios. Y mucho peor aun sería si ese porcentaje aumentase.

Entonces, es necesario encontrar una solución de forma urgente tanto para disminuir los mas de 1000 millones de personas que pasan hambre en un mundo en el que se producen los alimentos suficientes como para que esto no suceda, como para detener la degradación ambiental producida esencialmente por el exceso de consumo de bienes y servicios y las deficientes medidas ambientales tomadas, por quienes tienen el poder económico, con el fin de maximizar sus ganancias.

Este sistema nos está llevando a una catástrofe social y ambiental sin precedentes y este mismo sistema no podrá sacarnos de ella. No es posible apagar fuego con mas fuego.

El manifiesto ecosocialista redactado en 2001 con motivo de la Cumbre de Río +10 por Michael Löwy y Joel Kovel es una alternativa que ataca los dos frentes. Seguramente ni la mejor, ni la peor. Seguramente perfectible.

Propone que la generalización de la producción ecológica bajo condiciones socialistas, puede proporcionar la base para superar la crisis actual. Se trata básicamente de sumar a los preceptos económicos que manejaba el socialismo de la primera época, los nuevos paradigmas que se nos presentan a nivel ambiental.

El ecosocialismo es tal vez una utopía, pero si decidimos transitarla como un camino hacia un mundo mas justo y solidario, un mundo mejor y para todos y todas, podría servirnos para modificar el rumbo de esta trampa mortal que nos hemos tendido a nosotros mismos y que de otra forma acabará con la vida en el planeta.

Perdemos el suelo y no le damos valor

El suelo es un recurso natural que corresponde a la capa superior de la corteza terrestre. Contiene agua y elementos nutritivos que los seres vivos utilizan. El suelo es vital, ya que el ser humano depende de él para la producción de alimentos, la crianza de animales, la plantación de árboles, la obtención de agua y de algunos recursos minerales, entre otras cosas. En él se apoyan y nutren las plantas en su crecimiento y condiciona, por lo tanto, todo el desarrollo del ecosistema.

Estamos acostumbrados a pensar al suelo, que habitualmente denominamos tierra, como algo muerto, donde podemos instalar, acumular o tirar cualquier elemento sólido o líquido que ya no nos es de provecho o que sabemos que es tóxico.

El suelo es un recurso natural que corresponde a la capa superior de la corteza terrestre. Contiene agua y elementos nutritivos que los seres vivos utilizan. El suelo es vital, ya que el ser humano depende de él para la producción de alimentos, la crianza de animales, la plantación de árboles, la obtención de agua y de algunos recursos minerales, entre otras cosas. En él se apoyan y nutren las plantas en su crecimiento y condiciona, por lo tanto, todo el desarrollo del ecosistema.

La degradación del suelo consiste en el deterioro de su calidad y, consecuentemente, de su aptitud productiva. Ese deterioro le impide cumplir plenamente las funciones citadas para con las plantas. Por lo general se inicia con la desaparición de la vegetación natural que los cubre y con la roturación excesiva. Ambas prácticas exponen al suelo a la radiación solar directa, lo oxigenan excesivamente y facilitan la muerte de muchos de sus pequeños habitantes. Todo conduce a acelerar la biodegradación del humus, con lo cual desaparecen los agregados, y con ellos la trama porosa que éstos habían generado. El agua y el aire ya no circulan con facilidad, la superficie del suelo se apelmaza y hasta puede tornarse impermeable, con lo cual el agua de las lluvias, en lugar de almacenarse en su interior, se pierde por escurrimiento superficial y se hacen frecuentes los encharcamientos y anegamientos cada vez que llueve. Los rendimientos de los cultivos declinan y la explotación se hace cada vez menos rentable.

Podemos decir que un suelo está contaminado, cuando las características físicas, químicas o biológicas originales han sido alteradas de manera negativa, debido a la presencia de componentes de carácter peligroso o dañino para el ecosistema. Actualmente, la contaminación de los suelos se encuentra cada vez más en el punto de mira de la gestión medioambiental, debido principalmente al riesgo que un suelo contaminado puede suponer para la salud humana y para el correcto funcionamiento de los ecosistemas. Pero a pesar de los problemas que puede ocasionar esta contaminación, el hombre sigue abusando del suelo; utilizándolo de manera continua e indiscriminada en muchas ocasiones, dando lugar a que las propiedades naturales del suelo se vean negativamente afectadas.

En la mayoría de las ocasiones, la contaminación es producida de una manera artificial por la actividad humana, pero también puede ser ocasionada de una forma natural, aunque esta no sea la más común.

La contaminación del suelo es el resultado de la deposición final sin tratamientos previos de una cantidad increíble de sustancias contaminantes, además de los químicos utilizados en otras tareas que también terminan en el sustrato de la tierra. Tomemos como ejemplo el caso de los plaguicidas, cada vez más utilizados para el control de plagas de una industria competitiva y creciente como la agrícola, los productores echan mano de productos químicos cada vez más peligrosos para la tarea, dentro de las ramas existentes: insecticidas, herbicidas y funguicidas. Representan el primer agente contaminante del suelo, no sólo por afectarlo directamente, sino que además extermina tanto a la plaga como a otras especies, generando un desequilibrio ambiental, y contaminando además la producción alimenticia.

El recurso suelo de Argentina ha sido la base principal del desarrollo económico del país. Largos períodos con grandes cosechas hicieron que al país se lo llamara “El granero del mundo”. Desde otras latitudes, el nombre de Argentina se asociaba con amplias planicies de inagotables suelos profundos, oscuros, capaces de producir altos rendimientos de granos y carne de excelente calidad. Estos conceptos son relativamente válidos para la Pampa Húmeda que ocupa algo menos de un tercio del territorio, donde las planicies son dominantes, formadas por sedimentos modernos no consolidados, con pastizales naturales y clima templado. Sin embargo, los dos tercios restantes son altamente contrastantes, la mayor parte dominada por clima árido. Debe aplicarse riego para la producción de cultivos, la que sólo se practica en la proximidad de los ríos principales o en pequeños oasis.

El reconocimiento de procesos de deterioro de los suelos en la Argentina se vincula primordialmente a las consecuencias de las actividades productivas primarias y a condiciones naturales pre disponentes. Así, fenómenos como la erosión, la salinización, la pérdida de fertilidad química, la desertificación, y otros, han concentrado notables esfuerzos en investigación y gozan además de un amplio conocimiento público. El deterioro ocasionado por el uso del suelo como cuerpo receptor de agente contaminantes, no ha tenido, en cambio, un equivalente desarrollo investigativo ni normativo.

Estos factores inciden cada vez más y, hacen sentir la necesidad de un planeamiento adecuado para la toma de decisiones. Para lograrlo, tanto las autoridades como el sector directamente involucrado con la producción deben contar con todos los datos esenciales sobre las características, propiedades, limitaciones y posibilidades de estos recursos. En función de estos factores que determinan los problemas del suelo, pueden establecerse como área importante que debe ser estudiada a través de programas integrados, entre los cuales hay que establecer:

-Monitorear los efectos a largo plazo de las prácticas agropecuarias y forestales, en la calidad del suelo.
-Evaluar el impacto económico de prácticas de manejo alternativas diseñadas para mejorar la calidad del suelo.
-Examinar el avance de la degradación, la erosión y la acidificación de los terrenos.
-Examinar la efectividad de las políticas diseñadas para dirigirse al tema de calidad del suelo agrícola.
-Mejorar el análisis de las políticas de calidad de suelo incluyendo no sólo valores ambientales sino también factores sociales y económicos.

La información disponible de investigación sobre los tipos, causas, grado y severidad de la degradación de tierras es todavía insuficiente en la mayoría de los países de América Latina. Esta falta de información dificulta enormemente la identificación y la puesta en práctica de estrategias efectivas de conservación y rehabilitación de tierras. Para superar los problemas mencionados, se deben considerar soluciones que impliquen una acción inmediata y, también, métodos de prevención para impedir mayor deterioro futuro. Parte del deterioro causado lo puede solucionar la naturaleza misma con sus ciclos naturales. Por ello la acción del ser humano debiera contribuir a crear las condiciones necesarias para que la naturaleza emprenda su obra de restauración. Sin embargo, recuperar el suelo una vez que éste ha sido destruido es un proceso lento si se lo deja sólo a su ritmo natural, y muy costoso si se trata de acelerarlo. Por lo tanto, lo más razonable es evitar que se destruya el suelo.