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miércoles, 7 de enero de 2015

Responsabilidades de la Guerra del Chaco.

Análisis que hace el Dr. Marco Antonio Laconich (ex delegado en la Conferencia de Paz y Límites durante el gobierno de Rafael Franco, 1936-1937) sobre el tema responsabilidades de la Guerra del Chaco, en su obra "La Paz del Chaco", pp. 130-34:

VIII
CANCELACIÓN DE LAS RESPONSABILIDADES DE LA GUERRA
Punto fundamental en las alegaciones jurídicas del Paraguay era también la investigación de las responsabilidades de UNA GUERRA DE AGRESIÓN CONFESADA POR LOS MISMOS GOBERNANTES DE BOLIVIA. El Tratado del 21 de Julio cancela esas responsabilidades, pero no como un perdón del Paraguay. El art. 99 expresa que ambos países "renuncian recíprocamente a toda acción o reclamación derivadas de las responsabilidades de la guerra". Bolivia también renuncia. TAMBIÉN NOS PERDONA...
La declaración continental del 3 de Agosto de 1935 hacía depender la solución pacífica del conflicto del Chaco del no reconocimiento de las adquisiciones territoriales obtenidas por la violencia. Con ese objeto contemplaba la investigación de las responsabilidades de la guerra, indispensable para determinar el país que recurría a la guerra de conquista y de agresión.
Todas las mediaciones americanas habidas para poner término al sangriento conflicto se estructuraron en torno al principio y el sistema enunciados en aquella declaración colectiva. Por lo que toca a nuestro país, agredido a mansalva, él se sentía amparado por ese nuevo instrumento de derecho internacional americano, visiblemente elaborado para resolver el caso particular del Chaco. Es natural que insistiese invariablemente sobre la investigación de las responsabilidades, con miras a un triple interés : comprobar la corrección de su conducta internacional (interés moral); la aplicación de la doctrina del 3 de Agosto, en amparo de sus derechos sobre el Chaco (interés jurídico) y la reparación de los daños materiales sufridos a causa de la agresión (interés económico).
Las gestiones dirigidas por la Sociedad de las Naciones eludieron sistemáticamente la investigación de esas responsabilidades, no obtante depender toda la eficacia del pacto, en caso de guerra desencadenada, de la calificación previa del país agresor. La posición del Paraguay fué indeclinable en ese punto y se ajustaba estrictamente a los compromisos contraídos, lo que permite apreciar mejor la tremenda injusticia del embargo de armas que se mantuvo unilateralmente para nuestro país.
El conflicto ha sido solucionado en la Conferencia de Paz sin la investigación que nos ocupa, lo que pareciera justificar, al menos aparentemente, la política seguida por el organismo ginebrino relativamente a este aspecto de la cuestión. Este resultado no es, en suma, sino consecuencia de las dificultades que hubiera encontrado la entidad mediadora en promover una solución por vía conciliato-ria al mismo tiempo que se ventilaba el capítulo de las responsabilidades. Nos obtuviéramos de toda crítica si en el Tratado la realidad no apareciera sacrificada a las concepciones teóricas en determinados aspectos, con graves perjuicios para nuestro país.

Un testimonio irrecusable de cómo la Standard Oíl prestó su apoyo a Bolivia en la Guerra del Chaco


Como una prueba palpable del apoyo efectivo  que la Standard Oíl Company presto en diversas  oportunidades y formas al gobierno boliviano que desato la inicua campana invasora del Chaco, reproducimos en el adjunto el autógrafo del prisionero boliviano, Sargento Enrique Bozo en el que afirma bajo fe de juramento que la blusa cuya fotografía publicamos ayer, formaba parte de las 20.000 blusas donadas por la Standard Oíl Company al ejercito de su país.

Según hemos podido informarnos por una carta remitida desde el frente por el voluntario uruguayo, doctor Enrique Rogber Balparda, este se encontró por una casualidad en Isla Poi con el sub. Oficial boliviano Bozo quien al ser interrogado sobre la procedencia de la chaquetilla que vestía, cuyos botones llevan el escudo norteamericano manifestó era uno de los 20.000 uniformes donados al ejército de su país por la Standard.
Como el doctor Rogber Balparda manifestara al sub. Oficial Bozo si no tendría inconveniente de hacer por escrito esa afirmación este contesto: afirmativamente extendiendo el autógrafo que reproducimos y que constituye un documento elocuente de cómo el capitalismo extranjero alentó la Guerra del Chaco.


Un obsequio de la Standard oil al Ejército Boliviano.

20.000 Uniformes Norteamericanos para las huestes de Hans Kundt.
EL señor Ignacio Santiviago, padre del Mayor Santiviago que actualmente comanda uno de los regimientos operantes en el Chaco y que es uno de los jefes más distinguidos y cultos de nuestro ejército ha recibido de parte del voluntario uruguayo Teniente Doctor Rogberg Balparda, una blusa que pertenecía al sargento boliviano Enrique Bozo caído prisionero en poder de nuestras tropas.

Dicho sub.oficial prisionero manifestó que la chaquetilla que vestía la fue entregada en Oruro y que formaba parte de una partida de  20.000 uniformes donada por la Standard Oil Company al ejército boliviano.
La blusa de referencia cuya fotografía publicamos, es de confección norteamericana ostentando los botones el escudo de los Estados Unidos.

El mismo escudo del ejército estadounidense hemos visto estampado en las cartucheras, marmitas, caramagpolas y otras pertrechos usados por las tropas bolivianas que han invadido nuestro Chaco.



























Esto transcripción literal: EL DIARIO, Asunción, martes 28 de marzo de 1933