El sacerdote jesuita Bartomeu Melià, antropólogo y lingüista español radicado en Paraguay desde 1954, escribe en una carta su visión respecto al último acontecimiento político que marca un nuevo rumbo para el Paraguay. A continuación, el texto completo del sacerdote jesuita:
Che rayhuhára
Estimadas, Estimados:
Sí, estuve el viernes en la plaza donde lo que más había era campesinos e indígenas; un pueblo que esperaba contra toda esperanza. Sabíamos que la tragicomedia deseada ya estaba programada y escrita desde hacía tiempo. La nueva dictadura estaba anunciada. Ni siquiera se atuvieron al protocolo. Para las 16:30 el mismo Senado ya había anunciado horas antes que después de escuchar la defensa de Lugo, habría deliberación y se leería la sentencia de destitución (así de claro).
Lo más positivo, si es que se mantiene con coherencia y firmeza, es el rechazo de los países de UNASUR y de otros a este gobierno espúreo e ilegal. El aislamiento lo sufriremos todos, y más los más pobres, pero el sacrificio puede dar resultado. Es claramente un golpe de Estado a partir del Parlamento. La cuestión de fondo son las tierras y el desplazamiento de sus habitantes; se trata esencialmente de los territorios que yo mismo todavía he conocido desde 1969 como territorios indígenas, aunque el dueño con su título de papel era la compañía maderera y yerbatera, palmitera después, La Industrial Paraguaya.
¿Se comienza de cero? Creo que no, pues hay un poco más de conciencia y organización. Pero en un minuto hemos retrocedido a los tiempos de Stroessner.
Envío adjunto el comunicado de religiosas y religiosos del Paraguay, ciertamente más sensato y firme que el lamentable de los obispos que pidieron la renuncia de Lugo; ¡de todo hay en la viña del Señor!!!
Y a seguir trabajando, aunque sea como Sísifo. Tal vez no veré el árbol crecido de nuevo, pero sé que la raíz no está muerta, y un brote está asomando.
Che py’a ite guive -desde mis mismas entrañas-
Bartomeu Melià,s.j
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